DÉCIMAS A HELIODORO COPADO Suena risueño el son
al compás de la jarana.
Desde esta tierra lejana,
la copla se hace canción
y se inflama el corazón
cual si fuera enamorado.
Ya rezumba el zapateado
en la vara de un violín.
Ganó Dios un querubín
con Heliodoro Copado.
En el cielo armó un huateque
el virtuoso huapanguero
Y hasta prestó su sombrero
para bailar “El querreque”.
Después les propuso un trueque:
Yo les toco “El son solito”,
“La Huasanga”, “El bejuquito”
o el son de “El Tepezintleco”
si sobre el suelo huasteco,
nos llueve aunque sea poquito.
A pocos días de la muerte
del genio de “Los Camperos”
nos cayeron aguaceros,
sobrevino la creciente…
siguió lloviendo tan fuerte,
que las presas se llenaron.
Para sorpresa brotaron
muchos nuevos manantiales,
que con notas celestiales
un bello son entonaron.
Cecilia Guinea